Inactividad y artrosis

Seguro que si tienes o has tenido algún animal mayor en casa, te has dado cuenta que por las mañana o tras una período largo de inactividad le cuesta levantarse. Esto se debe a lo que denominamos rigidez matinal, pero para entenderlo mejor, hagamos un breve repaso de los elementos implicados:
En una articulación sana, una sustancia firme y elástica llamada cartílago va a recubrir el extremo de cada hueso, brindando una superficie lisa y resbaladiza que facilita el movimiento de las articulaciones (va a actuar como un cojín entre los huesos). A su vez la articulación va a estar cubierta por un revestimiento: membrana sinovial que segrega un líquido viscoso que llena el espacio articular y actúa como lubricante.
Pero consecuencia de la artrosis, van a ocurrir tres fenómenos en esta articulación:
1º Se produce una alteración de la superficie del cartílago, que en un primer momento se hincha y se hace más blanda perdiendo su elasticidad. Poco a poco, la superficie se erosiona y con el tiempo se desgasta, dejando que los extremos de los huesos contacten directamente.
2º A medida que se va perdiendo el cartílago, el hueso que está debajo reacciona y crece por los lados, deformándose la articulación.
3º La membrana sinovial se engrosa produciendo un líquido sinovial menos viscoso y por tanto va a lubrificar menos y a dificultar el movimiento de la articulación.
4º Los ligamentos pierden elasticidad favoreciendo la rigidez de la articulación.
Estas alteraciones de la articulación se van a manifestar en forma de dolor, e inflamación, y como consecuencia en una disminución de la actividad.
Una inactividad prolongada va a dar lugar a un aumento de la rigidez de la articulación, y como consecuencia a una pérdida de la movilidad e incremento del dolor, produciéndose atrofia muscular y deterioro en la condición física, lo que aumenta el dolor y acelera la progresión de la enfermedad
¿Cómo podemos ayudar a estas articulaciones?
- Debemos mantener el ejercicio físico, para mantener el movimiento articular y fortalecer los músculos para evitar la atrofia muscular y reducir la rigidez; pero esta debe ser suave, sin forzar la articulación y sin excedernos en la duración del mismo.
Hay que comprender las nuevas limitaciones de nuestro animal, reduciendo el tiempo e intensidad de los paseos, pero aumentando sus frecuencias.
- La aplicación de calor previa al movimiento en la zona afectada es muy eficaz para mejorar la rigidez, ya que produce una aumento de la circulación y favoreciendo que el líquido sinovial se vuelva más fluido.
- La realización de un masaje antes del inicio de la actividad va a favorecer un aumento de la circulación sanguínea, subiendo la temperatura de la zona y preparando la musculatura
- La realización de movilizaciones de las articulaciones, cinesiterapia pasiva, lentas y suaves después del masaje, van a ayudar a prevenir la rigidez de las articulaciones y por tanto que sea más fácil moverse